A Ocho Columnas: Movilidad Urbana.

Nuevos retos. Nueva realidad. Realidad que va más allá de lo solamente urbano. Con una necesidad y vitalidad metropolitana que ya es cuestión cotidiana. No puede ser de otra forma: casi un millón de habitantes y casi 1.2 millones en la zona de influencia de la metrópoli.

El transporte urbano ha sido el talón de Aquiles. Lo que en un principio se desarrolló de la mano de los dueños y conductores de los autobuses mientras crecía la ciudad y sus vialidades (muchas de ellas construidas por ellos mismos), se convirtió con el paso de los años en un amasijo de rutas, prebendas y mañas donde en no pocas veces el pasajero era el ultimo en consideración.

Proponer un sistema de transporte integral requiere tiempo, dinero y planeación. Son muchas las inercias que tienen que vencerse. Hacerlo de golpe es difícil, complicado y por lo demás poco agraciado políticamente hablando. Mérida afronta una realidad dura, de la cual no existe ninguna duda: hay que hacer algo con el transporte público urbano.

El Gobierno del Estado tiene en marcha un plan de reestructura del mismo, presentado a los medios y sociedad apenas en diciembre pasado. Denominado SITUR (Sistema de Transporte Urbano), llevará lo que resta de esta administración para implementarse en su totalidad. Entre otras cosas contempla la implementación de una tarjeta inteligente de prepago, transbordo, rutas diametrales, paraderos cada 300-400 metros, una ruta sobre periférico y nuevos camiones. La inversión: mil 800 millones de pesos.

El punto central es que el proyecto se hizo entre los tres actores clave: Gobierno, Concesionarios y Usuarios. El que regula el servicio, quien lo presta y quien lo usa. No hay más. Es un plan que se sabe llevará tiempo. No es fácil. Es cuestión de cambiar hábitos que tienen no meses ni años, sino décadas; de todas las partes. El mismo, contempla modificaciones y ajustes para lograr una implementación exitosa. Está en marcha. Es una realidad.

El candidato del PAN a la alcaldía de Mérida, Mauricio Vila Dosal propone el TIM (Transporte Inteligente de Mérida). Propone casi; casi lo mismo que el plan en marcha del ejecutivo estatal. Apoyándose en un estudio preliminar del BID y con unas hermosísimas unidades de dos pisos (tipo londinense) que si bien se “verían bien” en las calles de la ciudad, no responden a una realidad funcional. Pocas avenidas, y no decir calles son aptas para vehículos de este tipo y dimensiones.

Las razones del candidato, son incuestionables. Todos queremos un mejor transporte público.

Solo que hay un pero: bueno, mas bien 3. Primero; que el Ayuntamiento de Mérida no tiene en este momento la potestad sobre el transporte público urbano. La tuvo; pero durante la administración de César Bojórquez Zapata (2007-2010) este se la entregó voluntariamente al ejecutivo estatal. Una controversia constitucional de este tipo se puede llevar más de 3 años.

Segundo; afirmar que se puede llevar a cabo una reingeniería de estas dimensiones sin tomar en cuenta a los concesionarios es una torpeza política extrema. Veamos; aquí hay de dos: o se planea “municipalizar” el servicio (y la pregunta obligada es donde quedan las concesiones) o al ignorar a una de las tres partes se pretende en un afán e interés demagogo y populista, gobernar autoritariamente.

Y Tercero: decir que el cambio no es cuestión de dinero. Sin comentarios. El presupuesto anual del municipio de Mérida, Yucatán es de poco más de 2 mil millones de pesos y si de ese dinero casi el 60% se destina al pago de salarios. No se habla de financiamiento, ni de la forma de implementarlo.

La ciudad, cada vez más grande; tiene carencias y necesidades con una apremiante visión metropolitana: Vialidades, alumbrado, basura, bacheo, ¿Que el Ayuntamiento debe ser actor junto con el Gobierno Estatal en la regulación del transporte? Por supuesto. Pero negociando, jugando a la política que en realidad es al igual que la diplomacia; el fino arte de decir que te doy, y que me das a cambio. Tan sencillo. Mucho mas podría hacer el municipio sumándose a lo que ya está en marcha y aportar sus ideas. Les redundaría en verdadero beneficio a los habitantes. No solamente en promesas alegres de campaña que difícilmente se puedan cumplir.

Que tenga un magnifico día.

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