Y por fin, llegó el tan esperado día: después de una ausencia forzada de 3 años este 11 de junio el puerto de Progreso en Yucatán, se convirtió a la par de Cozumel en las terminales mexicanas que serán “Home Port” de la línea de cruceros Pullmantur; empresa de origen español y parte del grupo de Royal Caribbean International. Desde el puerto yucateco de Progreso saldrán 8 viajes en recorridos semanales que lo llevan a disfrutar de la belleza y tranquilidad y serenidad del Mar Caribe, con destinos de por si atractivos, empezando por Georgetown, Gran Caimán; Roatán, Honduras; Ciudad de Belice, Belice y Cozumel, Q.Roo y de ahí retornar a casa, a nuestro puerto en el centro de la costa esmeralda de Yucatán.
Cada destino tiene sus características únicas que los hacen particularmente encantadores. Del verde esmeralda de múltiples tonalidades de las calmas aguas del Golfo de México y todo lo que representa el estado de Yucatán; a los exóticos rincones caribeños y majestuosos atardeceres en Roatán y Gran Caimán pasando antes por incomparables playas de arena blanca y mar turquesa de Cozumel y Riviera Maya; y ¡por supuesto! El paraíso del ecoturismo que es Belice; plagado de ruinas mayas y aventuras inesperadas. Una ruta planeada para disfrutar enteramente de las delicias del trópico.
Embarcarse en Puerto Progreso, es el punto de inicio de una travesía inolvidable. Después de Visitar Mérida y llenarse de todos los sabores, olores y esencias de la gastronomía yucateca y respirar su cultura y tradiciones; de haber disfrutado de una noche de serenata yucateca; solamente un viaje de 35 minutos por autopista lo separan del crucero MS Monarch. Abordar en Progreso es de por sí una experiencia única. Instalaciones accesibles en el muelle más largo de México (mide 6.5 km de la orilla hasta la terminal remota). El barco está ya en el puerto y en punto de las 14:30 horas empieza la documentación de los pasajeros previo al abordaje.
Después del chequeo y registro en la terminal de cruceros del muelle a cargo del personal de Pullmantur (que es muy similar al chequeo de migración en los aeropuertos, solamente que con una gran sonrisa); cada uno de los pasajeros tendrá una tarjeta magnética multiusos: que le servirá para embarcar y desembarcar, para abrir el camarote y para hacer compras en las tiendas del barco si es que así lo desea… y créame; en las tiendas “duty free” abordo, seguro habrá algo para todos los gustos. Al ser el documento de identificación abordo, no es necesario llevar el pasaporte a los destinos donde se decida desembarcar, con portar la tarjeta basta. De ahí la importancia de cuidarla y tenerla siempre a la mano.
Una vez abordo y después de ser recibidos por la sonrisa Pullmantur en la cubierta 2, se puede pasar a la cabina asignada para dejar el equipaje de mano, acomodarse y con toda la semana por delante; subir por alguno de los elevadores, bien distribuidos a lo largo de la nave a la cubierta 11 donde se localizan entre otras cosas, la piscina y los hidromasajes en medio, el Buffet Panorama y pizzería (recién horneadas y deliciosas) en la proa (adelante) y el Bar de la alberca hacia la popa (popa); y de una vez empezar a gozar de la extensa variedad de alimentos y bebidas abordo del crucero Monarch. Un amplio menú internacional, diseñado para satisfacer todos los gustos pero con un sabor latino y el toque mexicano tan especial. Se puede disfrutar de una barra de ensaladas que tiene todos los ingredientes como lechuga, espárragos, tomate, elote, palmitos, cebolla, ejotes, etcétera. ¡Ah, sin olvidar la ensalada de atún! Ya sea pescado, pollo, res o cerdo; preparados en diferentes maneras por el staff de cocina del buque compuesto por más de 20 nacionalidades. Y si de postres se trata hay algunos sin azúcar y otros regulares. Eso sin perder el sabor.
El régimen de TODO INCLUIDO es así de extenso, tal y como se escribe. Existen 2 opciones: el régimen Plus y el régimen Premium. El primero, con una amplia variedad de licores y cervezas; además de los refrescos, jugos, café, chocolate y leche. Ahora, si se es de gusto más exigente el paquete Premium tiene, además de todas las anteriores; mayor variedad de las marcas líderes del mercado. Y para los menores de 17 años, el régimen “Guppy” que incluye todos los refrescos, jugos, y cocteles sin alcohol. En pocas palabras: bebidas para todos los gustos. Desde una cerveza bien fría hasta un cocktail o si lo prefiere acompañar la comida con una copa de vino de su elección (también incluido) o quizá una botella de la cava del barco a precios por lo demás accesibles y de calidad.
Después de la comida, que mejor pretexto para bajar la comida que un paseo por las áreas comunes del barco. Un paseo por la cubierta del nivel 11 donde se encuentra el restaurant, o la cubierta 12 donde se encuentra la pizzería; y el “The Waves” Yacht Club; un espacio reservado para todos aquellos pasajeros que viajen en cabinas con balcón, Jr. suites, suite y royal suite.
Aunque durante la estancia en el puerto están cerradas las tiendas duty free y el casino se puede apreciar y disfrutar el hermosísimo “Centrum” de la nave de 5 pisos de altura. En el nivel 7 se puede salir a cubierta y caminar a lo largo y ancho del Monarch, rodearlo y gozar de vistas privilegiadas hacia proa, popa y los lados del barco. En esta cubierta se encuentran los botes salvavidas y es lugar del simulacro de seguridad. Y si aún no se cansa, se puede ir a la cubierta 5 donde esta el teatro Broadway y el bar Rendez-Vous. Despúes de tanta caminata es válido regresar a la cabina a darse una ducha, descansar un rato y volver a cubierta y ver la salida del barco en punto de las 8 de la noche. Es algo digno de ver ya que se puede conocer un poco más este tipo de transporte.
Durante el resto de la noche, y luego de una deliciosa cena en cualquiera de los dos restaurantes de lujo del Monarch: Auster (cubierta 3) y Boreas (cubierta 4) el barco navega casi paralelo a la costa norte de la península de Yucatán y si el clima lo permite es posible ver a lo lejos algunos de los faros y balizas. Y por casi 36 horas, sin parar, atravesando el Canal de Yucatán arribar temprano por la mañana del martes a Gran Caimán, la mayor de las Islas Caimán.
La llegada a Georgetown, la capital en punto de las 8 de la mañana. Es uno de los dos destinos donde no atracaremos a un muelle, sino que desembarcaremos en “tenders”; es por eso que las condiciones meteorológicas son esenciales para poder hacerlo. Este pequeño archipiélago esta formado por 3 islas: Gran Caimán, Pequeña Caimán y Caimán Brac. Descubiertas por Cristóbal Colón en 1503 le sirvieron a sus marinos como base de aprovisionamiento de carne de tortuga, ya que encontraron miles de ellas en las islas, por esa razón el las bautizó como “islas tortuga”. Hoy día, y pese a ser un dominio de ultramar británico, el nombre antiguo pervive en la marca del producto más exportado de las islas; el ron Tortuga y los deliciosos pasteles de ron; tradición importada de la madre patria.
En Georgetown, después del rápido desembarco llegamos a otro edén tropical. Una ciudad que pese a ser sede de más de 400 bancos internacionales que aprovechan su estatus de “paraíso fiscal” respira un ambiente extremadamente tranquilo y relajado. Bellas casas con arquitectura británica, calles limpias y ordenadas son el comienzo de una aventura, donde el tour obligado a “Stingray City” donde se puede nadar y convivir con mantarrayas e incluso alimentarlas en un mar que parece un pedazo de cielo sumergido en arena blanca. Una experiencia increíble. O si prefiere tomar el sol y broncearse; imperativo ir a cualquiera de los clubes que existen a lo largo de 7 millas (11 km) de playas de blancas arenas y mar turquesa.
Después de un día gozando de un paraíso en medio del Caribe; el Monarch nuevamente levará anclas hacia nuestro siguiente destino: la no menos paradisiaca isla de Roatán, localizada frente a la costa norte hondureña y parte de uno de los 18 departamentos de Honduras; capital de las “Islas de la Bahía”: Roatán, Utila y Guanaja. Mientras navegamos todo el miércoles, pasaremos muy cerca de una isla pequeña, casi olvidada y también parte del mismo departamento: La Isla del Cisne o Sabanilla. Esta ínsula de apenas mas de 3 km2 de superficie en medio del Caribe septentrional amplia en gran medida la zona económica exclusiva marítima de Honduras y ha servido como punto estratégico por los EEUU en la región caribeña.
Temprano por la mañana del jueves, arribamos a Coxen Hole, la población mas grande de esta isla alargada y angosta, cuya forma recuerda al famoso plátano que la United Fruit Company bautizo como “Roatan” que hasta el día de hoy es uno de los productos mas importantes de la isla. Un moderno y funcional muelle nos recibe. La terminal, exclusiva para los barcos y empresas que forman parte del grupo Royal Caribbean. Las actividades en Roatán le permiten aprovechar por completo el día.
Se puede optar por una excursión, y si tiene la oportunidad de contar con un guía de lujo como George Avil… vale la pena. Lo hace mas intenso e inolvidable. O ¿porque no? rentar un vehículo por un dia y hacer uno mismo el recorrido que lo lleva la “Iguana Farm” donde centenares de iguanas conviven con los visitantes y pueden ser alimentadas por los mismos. Después refrescarse en el club de playa de “Little French Key” y seguir andando hacia la parte mas alta de la isla, donde puede apreciarse el arrecife de coral que rodea por completo a la isla. Y antes de abordar, en West End hay variedad de restaurantes donde a precios muy accesibles puede disfrutar de un ceviche de langosta, camarón y caracol mientras se refresca con una cerveza helada. El Monarch zarpa en punto de las 19:00 horas con destino a Belice.
Una noche de navegación, y muy temprano, antes del amanecer el Monarch ancla frente la ciudad más grande de Belice. La poca profundidad del puerto (cosa rara en el Caribe) hace que el buque fondee a casi 13 kilómetros de la costa. Sin embargo, modernos tenders hacen el recorrido entre el barco y el muelle de la terminal de pasajeros en menos de 20 minutos. Una vez en tierra, tomamos el autobús que nos llevó a la ciudad prehispánica de Altun-Ha; a poco más de una hora de la ciudad de Belice.
Poco se sabia de la presencia de los mayas en este antiguo protectorado británico; sin embargo en la década de los 40 del siglo pasado, exploraciones revelaron un gran numero de ciudades perdidas en la selva de importancia y belleza. Con la típica arquitectura maya del período clásico (como Tikal y Calakmul), enclavada en una jungla casi virgen, Altun-Ha poco a poco empieza a develar sus secretos. Un museo pequeño, pero muy bien montado muestra a los visitantes de forma sencilla lo que fue en su momento esta urbe de aproximadamente 15 mil habitantes. Después, en medio de un abrasador calor tropical (siempre bien hidratados), visitamos la zona arqueológica.
La plaza o acrópolis central esta dedicada a K’iin (el dios sol) con dos templos localizados en los extremos oriente y poniente de la ciudad, resaltando la importancia del sol en la vida de los antiguos mayas. Nuestro guía; Eliseo, de origen maya siempre puntual con las explicaciones y aclarando dudas. Una visita de poco mas de dos horas, y se pueden conocer algunos de los secretos de la selva centroamericana. Solamente estar en medio del verdor extasiante y escuchar en la lejanía los sonidos propios de la espesura de la jungla hace una experiencia muy especial. Antes de abordar el vehiculo para regresar a la ciudad, era imprescindible refrescarse con una cerveza. Y para eso, nada mejor que tomar una Belikin; la cerveza nacional.
De vuelta a la ciudad, un recorrido por los principales puntos de importancia de la ciudad. Se puede apreciar la marcada influencia británica, sin embargo la cercanía con México y los EEUU hace sentir su presencia y se nota en la ciudad. Aun así, Belice es uno de los países menos desarrollados de América y la pobreza es evidente y visible a cada paso. Pero el folclor y cultura propia de un pequeño país, tan diverso, con mucho que mostrar al mundo. Antes de regresar al barco, una vuelta obligada por las tiendas de la terminal para comprar algunos recuerdos y listos para la siguiente y última escala: Cozumel.
Desde el amanecer se pueden disfrutar los colores del Caribe Mexicano. El arribo a Cozumel, alrededor de las 9 de la mañana hace accesible para los pasajeros visitar los atractivos cercanos. Ya sea disfrutar de un día de playa, o visitar Xcaret o porque no quedarse en la isla y conocer la población, llena de tradición y una historia acumulada de casi 500 años. A lo largo del día la diversión continua abordo del Horizon. Múltiples actividades que van desde clases de manualidades, juegos en el área de la piscina, trivias, etcétera. Del desayuno a la cena siempre la alta calidad y variedad de los alimentos y bebidas a bordo es de lo mejor. Al igual que en Puerto Progreso, Cozumel sirve de embarque a nutrido número de pasajeros.
Para los niños y no tan niños están el “Capi Club” y el “Tibu Club”. Y para los adolescentes, el “Teens Club” en la cubierta 11; donde incluso tienen una propia discoteque. Aquí personal del equipo de animación hace la travesía algo más que divertido para los menores. El acceso a internet está disponible en computadoras del barco y una red wi-fi, ambas en las cubiertas 3 y 4. Y también disponible en algunas cubiertas y habitaciones. Por supuesto, con un costo adicional que puede checarse en el mostrador de información.
El Monarch es todo menos pequeño. Mide 265 metros de eslora (largo) y 32 de manga (ancho) y navega a 20 nudos (36 km/h) Esta “pequeña” ciudad con capacidad para 2,733 pasajeros y casi mil tripulantes tiene todo para ser independiente. Cuenta con una planta potabilizadora y desalinizadora que prácticamente le provee el 100% del agua abordo. Diariamente se consumen a bordo 450 toneladas de aguay dependiendo la velocidad entre 50 y 70 toneladas de combustible. Toda una proeza de la ingeniería náutica.
Despúes de 7 días a bordo, a las 10:30 de la mañana del domingo llegamos a Puerto Progreso, donde se atraca antes del mediodía. La llegada al puerto es muy bonita, se pueden admirar las instalaciones con un mar calmo. En punto de las 12:30 horas inicia el desembarque y es el momento donde las memorias y recuerdos de este crucero quedan marcadas en la mente de todos los pasajeros. Hasta el último momento la sonrisa Pullmantur acompaña al pasajero. El crucero “Caribe Maya” saldrá todos los domingos desde el puerto de Progreso del 21 de Junio y hasta el 9 de Agosto y desde Cozumel los sábados del 20 de Junio al 8 de Agosto.
El crucero “Caribe Maya” de Pullmantur es una grata experiencia a los sentidos. Hecho para los latinos, todo abordo es en español. Se siente la calidad y calidez del personal que hace todo lo posible por cumplir sus deseos. Lo invito a darse la oportunidad de hacer este crucero, seguro no se arrepentirá. Se lo garantizo. Además de no necesitar visa americana, solamente el pasaporte y ganas de divertirse son requisitos abordo del Monarch. Los costos son muy accesibles. Consulte a su agente de viajes.
La sola presencia de Pullmantur y el Monarch en Progreso representan una importante derrama, no solamente por los turistas sino por todo lo que puede adquirirse en el puerto y el estado. Desde alimentos, bebidas y agua hasta el combustible que a partir de este año se le dotará al barco desde este home port. Mérida y Progreso cuentan con las condiciones y logísticas ideales para ser un gran puerto de embarque para cruceros. Solamente 45 minutos de viaje en magníficas vías separan a un aeropuerto internacional de un puerto de primer nivel.
Gracias a Pullmantur México, al Judith Palleiro, directora nacional, a Aracelli Carranco, de Mercadotecnia, a Sandra Vicente de Ventas, a Luis Mireles, representante en la península de Yucatán, y a todos, por las facilidades prestadas a este medio antes, durante y después de la travesía. Gracias por confiar en México, en Yucatán y en Puerto Progreso. Muchos años de éxito. ¡Nos vemos en 2016!