La clase política mexicana esta desprestigiada. La gran mayoría de nuestros políticos nos ha quedado a deber. Es imposible negarlo. Esta semana he leído comentarios vertidos por militantes y simpatizantes de MORENA sobre el titular de la SEDESOL Federal, José Antonio Meade Kuribreña. Comentarios en el sentido de que la persona encargada de la Cruzada Nacional contra el Hambre «usa» un reloj de 3 millones de pesos (afirmación inverosímil; pero bueno… están en su papel) y lo obvio: no es la persona indicada para el puesto (conclusión simplista a la que se pretende llegar).
Pero lo que más llama la atención; es que muchos, quienes suscriben las críticas, las replican, copian y pegan en redes sociales y portales son simpatizantes del PAN, afines, o al menos simpatizantes del blanquiazul. Sólo que se les olvida que el funcionario que crucifican y ponen en evidencia fue nada más que ¡Secretario de Hacienda y Crédito Público; y de Energía en el sexenio de Felipe Calderón! ¡Válgame dios!
Algo digno de lamentarse, es que en los últimos 2 o 3 años el partido Acción Nacional se ha desdibujado al punto de dejar de ser el partido humanista y filosófico que fue desde su fundación. El radicalismo generado en su seno ha acabado por enterrar a los panistas de cepa; fieles a sus ideales. Se han desgajado en grupos o «tribus» casi de manera análoga al PRD.
E irónicamente, buena parte de esta debacle proviene de gente muy cercana al ex presidente Calderón en un afán de boicotear a la actual línea del partido, mas conciliadora y en búsqueda de acuerdos con el Gobierno Federal de Enrique Peña Nieto.
Y es que en un afán destructivo; se avientan como el Borras…
Hasta sin ver.
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