Qué triste noticia para el béisbol mexicano. Además de una soberbia extrema, incluso frente al órgano regulador que es MiLB. ¿Con qué derecho, el propietario; Carlos Peralta lo hace? ¿Matar a uno de los equipos insignes de la liga? ¿Con qué derecho se deshace del equipo, pero a la vez retiene el nombre y todos los derechos de la marca «Tigres»?
Porque, perdón, pero acabar de un plumazo con el equipo Tigres es el equivalente a terminar con los Yankees o los Red Sox, o los Cardenales o los Dodgers en la MLB. El órgano regulador (MiLB) y la LMB, así como los demás propietarios de los equipos debieran propinar un castigo, una sanción ejemplar a la directiva tigre.
Si por así convenir a sus intereses, ya no quieren seguir con el equipo, en la liga, ¿porque no venderlo, con todo y nombre? Seguramente alguien habrá con el dinero y ganas de tener un equipo del máximo circuito del béisbol en México. ¡Ahí no!, hago mi rabieta, despotrico, me paso por el arco del triunfo la resolución del regulador y sigo buscando imponer mi voluntad a costa de partir en dos a la liga.
Y todo por algo a todas luces inconstitucional. ¿Porque poner límites a extranjeros con «doble nacionalidad». ¿Porque imponer a los demás límites? Si un equipo determinado, quiere incluso tener solamente 100% jugadores mexicanos, ¡ADELANTE!
Algo maravilloso tiene las GL es que no hay límite de nacionalidad. Lo mismo juegan estadounidenses, canadienses, mexicanos, dominicanos, boricuas, venezolanos, japoneses; y hasta australianos y sudafricanos. Y el nivel del juego y espectáculo es evidente cada temporada. Sacando lo mejor de cada uno. Y eso es parte de la magia del béisbol.
Si el ingeniero Carlos Peralta ya no quiere retener a los Tigres; adelante, nadie lo obliga. Pero por el bien del deporte, de lo que significa, de la afición, de las normas y de las leyes no debiera hacer lo que hace. Y menos quedar impune. Destroza un equipo y su legado, y pretende retener el nombre. ¿Para qué? ¿Para intentarlo cualquier otro día, cuando haya alguien o algunos dispuestos a satisfacer sus caprichos?
El equipo se vende completo. La marca «Tigres» no vale nada separado del mismo. Ojalá así fuera. Pero algún resquicio encontrará y se marcharan impunes. Con la desvergüenza de burlarse de todos. Ojalá no fuera así. Por el bien de nuestro béisbol.
Un ejercicio breve. Traslademos este triste circo a cualquiera de las de dos ligas que forman las Grandes Ligas. ¿Cómo creen que actuaría el Comisionado, dirigencias de las ligas y dueños de equipos?
¿O será que no hay gato encerrado, y el asunto tendría que ver con el fin d los subsidios al entrar el nuevo gobierno de Quintana Roo? Durante la administración de Roberto Borge el equipo en cuestión presuntamente recibió jugosos apoyos por parte del gobierno en circunstancias no muy claras.
Ahí se las dejo.
Que tenga un magnífico día.
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