Arman plan educativo con ideología de la 4T.

El nuevo modelo educativo se apartará de los actuales libros de texto por ser “neoliberales”, así eliminar exámenes de evaluación internacional y alineará sus objetivos a los propósitos e ideología de la Cuarta Transformación, según anunció ayer la Secretaría de Educación Pública (SEP).

El modelo será «libertario, humanista, que termine con el racismo, con las pruebas estandarizadas que segregan a la sociedad», expuso ayer el director de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública, Marx Arriaga, sin especificar cómo aplicaría esa retórica.

Especialistas educativos cuestionaron seriamente que el proyecto educativo gubernamental no enfrente la situación de emergencia derivada de la pandemia, que provocó la caída de matrícula escolar, la deserción y el rezago entre los estudiantes. “Hay más ideología que pedagogía”, juzgó la académica Alma Maldonado, experta del Cinvestav.

Marx Arriaga dijo que los actuales libros y las prácticas docentes vigentes refuerzan el viejo régimen que fue desterrado a partir de la llegada del presidente López Obrador en 2018 y reforzándose desde entonces.

«Lo decimos alto y claro: no aceptamos que la Conaliteg siga gastando el dinero público, como lo realiza desde los años 90, en libros de texto que continúa en el modelo de educación neoliberal», advirtió.

Informó que en tres años se ha hecho una «reingeniería de esta institución burocratizada y deshumanizada (la SEP)» y se arma un proyecto que convierta a los maestros en líderes sociales y no en «reproductores del neoliberalismo».

Sin definir fases de aplicación del «nuevo modelo» ni de cómo incidirá en las aulas, Arriaga arremetió contra el sistema prevaleciente que tachó de «meritocrático, elitista, patriarcal y racista».

En el caso de los contenidos se describe que el nuevo modelo educativo preparará a los alumnos para «compartir» y no para «competir».

Frente al Presidente Andrés Manuel López Obrador, el funcionario acusó a los gobiernos anteriores de haber convertido la educación en un negocio que absorbe miles de millones de pesos, con la promesa de calidad, crecimiento sostenido, especialización y competencia.

Alma Maldonado, del Cinvestav, consideró que la propuesta impulsa un deseo ideológico y no pedagógico, cuando la SEP ahora debería rescatar a alumnos rezagados o que abandonaron la escuela en la pandemia.

«Es una propuesta completamente ideologizada, por lo menos en el planteamiento general, que raya en lo absurdo donde pareciera que todo lo anterior es pésimo y neoliberal», apuntó.

Marco Fernández, especialista del Tec de Monterrey y de México Evalúa, consideró que la propuesta de este plan es confusa, ambigua y sin una guía del rumbo educativo; sostuvo que la dependencia deberá aclarar si habrá un programa piloto para evaluar su implementación o avance.

«Lo más irónico de todo es que esta discusión no la centra en la emergencia educativa; pretenden comportarse como si no hubiera ocurrido nada, si no hubiera bajado la matrícula en los distintos sistemas educativos».

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