A Ocho Columnas: ¿Y porqué tanto brinco?

O también podríamos preguntar: ¿por qué la complicación?

Desde hace varios meses me repito una y otra vez la misma pregunta. De mira al 2018; la elección federal, y la concurrente estatal se antojan en un panorama que augura todo, pero menos terso.

El gobernador Rolando Zapata Bello ha cumplido con el grueso de lo ofrecido en campaña. El estado se ve en movimiento; hay grandes obras con un beneficio innegable a largo plazo (incluso a corto y mediano); ha aumentado el número y nivel de inversión industrial, se ha incrementado el número de vuelos y de visitantes; tanto nacionales como extranjeros, y pese a todo, Yucatán sigue siendo el estado más seguro del país.

Esto no quita que hay cuestiones que mejorar. La impartición de justicia y el nuevo sistema oral todavía dejan mucho que desear. La ineficiencia, corrupción y complacencia que ha imperado durante décadas tiene que forzosamente quedar atrás, en el pasado. Mucho es cuestión generacional y cambio de mentalidad. Romper con los paradigmas del pasado.

Pero justo es decir que en términos generales Yucatán va bien.

Y esa es la razón de la pregunta, que puede traducirse en ¿Por qué ni el gobernador del estado ni el partido en el poder (el PRI) pueden darse el lujo de echar campanas al vuelo?

Una respuesta inicial sería, el desgaste natural que causa ser gobierno. Sí; pero hay algo más. ¿el PAN local? Bueno, esto si y no. Por un lado, a la vista el trabajo del actual Ayuntamiento de Mérida de extracción blanquiazul que sale también bien calificado por los ciudadanos. Pero por otro lado la división y encono que aún persisten en el panismo yucateco no permite decir que estén en su mejor momento.

Y por último; ¿el gobierno federal encabezado por Peña Nieto? Me atrevo a decir que este factor es el que menos afectaría al gobierno de Zapata Bello.

El meollo de la complicación; el hilo de Ariadna está en el abandono de la militancia, así como ciertos personajes y dirigentes que han incidido (afectado) el trabajo del gobernador de forma por lo demás negativa y han sumado encono y división.

A la militancia del PRI la han engañado, menospreciado y la han ignorado. Imposición de candidatos sin representación. Compromisos rotos con el fin de obtener pingües beneficios personales. Y quienes son la columna vertebral del tricolor (y de cualquier partido)… muy bien gracias. Y eso es que si bien les va. Porque la mayoría de las veces, el silencio y el abandono son la regla.

Y por otro lado, el pésimo (por no decir inexistente) manejo de las crisis, relaciones públicas con la sociedad civil y medios de comunicación. La soberbia y enfrentamiento ponen de un lado, una vez más lo que beneficia al estado a favor de unos cuantos y el propio. Es inconcebible una dirección de comunicación social y de medios que no comunica y por el contrario separa, divide y decide quien “ataca” al gobernador. Y ojo; entiéndase por “ataque” cualquier opinión que no vaya en el sentido de una loa, elogio o reconocimiento.

No existe el análisis crítico, objetivo y menos puntual. Ese es un ataque velado en contra del gobernador y su proyecto y equipo. ¡Válgame Dios! Cual Trumpismo recalcitrante ha llegado a Yucatán la idea de las “fake news” y todo lo demás… es basura, el enemigo. Sin valor.

Tengo la impresión que el gobernador ya lo percibió. Solo espero que tome las medidas pertinentes; porque el tiempo se acaba.

Ninguna elección es parámetro para medirse con otra. Cada una tiene sus asegunes muy particulares. Pero hay ciertos indicios de lo que podría pasar y lo que no podría. Como están las cosas en este momento, 2018 no será como 2001. Pero tampoco será 2012. La elección por venir marcará nuevas reglas; nuevos paradigmas. Y Yucatán nuevamente marcara la pauta.

Me pregunto… ¿los partidos y aspirantes están listos?

Que tenga un magnífico día.

Comentarios a: emollerb@live.com

Twitter: @EMollerB

Facebook: Emilio E. Moller

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Un comentario

  1. Cuando escribir un artículo se ve el dolor por no estar en la «nómina»…
    Nota sin la menor importancia.

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