A Ocho Columnas: Nuestros trenes… un poco de historia.

Un país que no cuenta con un sistema eficiente de transporte, estará condenado al subdesarrollo. En México, desde la época de Porfirio Díaz se trajo de Europa a contratistas ingleses y franceses para tender los rieles del ferrocarril en nuestro territorio.

Así es, México tenía uno de los sistemas ferroviarios más antiguos del mundo, puesto que datan de la década de los 80’s del siglo XIX y fueron construidos siguiendo los estándares internacionales de entonces. Toneladas de carga eran llevadas a lo largo y ancho del país, desarrollándose las poblaciones a un lado de las vías. En Yucatán, el tren llevaba miles de toneladas de henequén de las haciendas al puerto de Progreso y de ahí en barcos, a todo el mundo. El tren fue pieza clave en el resto del Porfiriato y claro, en la Revolución Mexicana. Sin el, difícilmente se pudieron haber alcanzado el triunfo.

Después de la anarquía revolucionaria, el ferrocarril se llenó de corrupción y sindicalismo aberrantes que todavía el día de hoy son un lastre. Mientras el resto del mundo tiene trenes de alta velocidad para pasajeros y carga, en México ya no transportan pasajeros y cada día, menos carga. Siendo nuestro país tan extenso, se justifica y hace estrictamente necesario una red ferroviaria eficiente.

El ferrocarril tiene muchas ventajas como transporte de carga terrestre sobre los camiones, empezando que tienen su propia vía que nadie más ocupa más que otros trenes. El costo por kilo comparado al transporte en camiones es muy inferior tomando en cuenta que un camión lleva no más de 15 toneladas y en el caso de tráileres de doble remolque el doble. Un tren, cuando menos duplica sin problemas esa carga a un menor costo y en menor tiempo. Además al haber menos camiones en circulación en las carreteras disminuye el desgaste de las mismas y aumenta su duración.

Hacía falta una política de estado en ferrocarriles. Desde que asumió el poder, el presidente Peña Nieto comprometió el arranque de al menos 3 trenes: el que unirá el DF con Toluca; el tren rápido México-Querétaro y el tren transpeninsular se encuadran en esta nueva política. En cuanto a este último, ha habido algunos cambios y ahora se busca hacer un eje ferroviario, desde Coatzacoalcos hasta el Caribe Mexicano. Y pese a gran cantidad de críticas, rechazos y cuestionamientos sobre su viabilidad o no; no he visto UN SOLO estudio que demuestre su inoperancia. Nacido como proyecto en la administración de Ivonne Ortega, recibió incluso el visto bueno de la unidad de inversión de la SHCP en la administración calderonista por ser viable y rentable, además de que al estar en un terreno llano permitiría disminuir costos de construcción. Como suele ocurrir con las grandes obras en México; se vuelven botín político de sus opositores. Un plan de este tamaño no se ejecuta en 2 días. Es parte de una política de estado a largo plazo. Ya veremos, y esperamos verlo concretarse en beneficio de México.

Que tenga un magnífico día.

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