A Ocho Columnas: Asunto luminarias de Mérida; los hechos.

Cuando se tomó la decisión en 2010 de cambiar las luminarias de la ciudad; fue tomada en un Cabildo, con el voto unánime de todos quienes lo componían en ese entonces. No fue decisión ni de la alcaldesa ni de una mayoría simple en el antes mencionado órgano legislativo municipal.

Se firmó un contrato, que avaló el Cabildo, es decir todo el cuerpo edilicio de la ciudad. Si las lámparas cumplieron o no con lo requerido, es una cuestión administrativa, de negociación y oficio político. Reza el viejo dicho: «Es mejor un mal arreglo, que un buen pleito». En un país de leyes siempre debe haber espacio para el diálogo.

La sentencia dictada hace unos días en contra del Ayuntamiento de Mérida y a favor de la empresa arrendadora ABC Leasing donde obliga al gobierno municipal a pagar a la antes mencionada más de 200 millones de pesos no afecta ni al alcalde Renán Barrera, ni a los regidores, ni a los funcionarios municipales. Ninguno de ellos erogará ese dinero para cubrir la deuda. Afecta a todos y cada uno de los habitantes de la ciudad. A un presupuesto de poco menos de 2 mil 500 millones de pesos; muy limitado para una ciudad como la nuestra y que requiere brindar servicios municipales a casi 1 millón de habitantes.

Pone en un brete a la administración municipal de Mauricio Vila, que arranca el 1 de septiembre. El nuevo alcalde tendrá que hacer un uso eficiente de los recursos para continuar el funcionamiento del municipio. Una cosa es el lenguaje político. Y otra es lo que ocurre en realidad. No todo es miel sobre hojuelas. Si de puede revertir o no la decisión del Tribunal de Justicia Administrativa dada en días pasados; es cuestión de un manejo adecuado en tres ámbitos: político, administrativo y mediático. Aún quedan otras instancias. Solo que no le tocaran al actual alcalde Barrera. El nuevo Ayuntamiento tendrá que lidiar con ello.

La evidente falta de oficio, tacto y eficiencia de la administración saliente amenaza con dejar al descubierto a la próxima que recorrerá el tramo hasta 2018. Y tampoco es racional, recurrir al discurso de la «venganza política» en contra de la ciudad al ser gobernada por un partido diferente a los gobiernos estatal y federal. En los últimos 3 años no he visto ese «maltrato» por parte del estado y la federación. Situaciones viscerales y personales al gobernar, jamás llevan a algo positivo. Necesitamos que le vaya bien a Mérida. Así sea. Es mi opinión.

Que tenga un magnífco día.

Comentarios a: emollerb@live.com
Twitter: @EMollerB
Facebook: Emilio E. Moller
Instagram: EMollerB

Share

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *