Tardaría un año distribución y aplicación de vacuna.-OCDE. Diciembre 3, 2020.

(Reforma). La aplicación generalizada de la vacuna contra el Covid-19 en el mundo y la tranquilidad que traería podría tardar hasta un año, por lo que es necesario que cada persona siga combatiendo el Covid-19 con las medidas de precaución, estimó José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

«En la OCDE consideramos que tomará cerca de un año, quiere decir, la mayor parte de 2021, alcanzar los niveles de distribución y de aplicación de la vacuna que nos pongan en una situación de seguridad, de tranquilidad.

«Por ello, durante los próximos meses vamos a tener que seguir combatiendo al virus, viviendo con el virus y con las ya conocidas medidas y precauciones: pruebas, cierre temporal de algunas actividades, cubrebocas, lavarse las manos, guardar las distancias, evitar las aglomeraciones», dijo Gurría durante su participación en el foro Hacia la reconstrucción pos-Covid-19: una tarea de todos, en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

Por su parte, Mario Cimoli, secretario ejecutivo adjunto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), comentó que el acceso a la vacuna no debe ser exclusivo, pues sería una injusticia, por lo que la población «invisible», es decir, de escasos recursos, también debe tener acceso a ésta.

José Ángel Gurría señaló que es fundamental que los gobiernos fortalezcan sus estrategias de defensa y de combate contra el Covid-19, al tiempo que implementan sus estrategias de recuperación.

«El dilema entre salvar vidas o salvar la economía es un falso dilema. Hay que hacer todo lo posible por proteger y salvar vidas, eso primero. Y si tenemos éxito, eso ayudará a atenuar los efectos económicos y sociales de la pandemia. La única forma de hacerlo es venciendo al virus», afirmó Gurría.

Para seguir combatiendo al virus, la OCDE recomienda que se avance en cuatro vías paralelas a nivel mundial: la primera, el uso de pruebas rápidas y PCR; en segundo lugar, las pruebas serológicas, que dicen si las personas estuvieron expuestas o no al virus, o si se tiene alguna resistencia; tercero, el apoyo a las capacidades para enfrentar la pandemia; y cuarto, si las condiciones lo permiten, un levantamiento gradual de las restricciones apoyado en los elementos anteriores.

Para México en específico, la sugerencia de la OCDE para impulsar su recuperación es que se enfoque primero en la política macroeconómica y financiera, ya que los esfuerzos por aumentar la recaudación -que sólo representan 16 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), frente a un promedio de la OCDE de 34 por ciento- deben estar acompañados por una estrategia para transformar la política fiscal en un instrumento de emprendimiento, protección social e inclusión.

También señaló al País la necesidad de fortalecer el sistema de salud, pues el gasto en México para dicho rubro es de menos de 6 por ciento del PIB, cuando se tiene un promedio de más de 9 por ciento en los países miembros de la OCDE.

Asimismo, la Organización llamó a reducir la informalidad, reestructurar la economía para proteger el medio ambiente y la diversidad, y avanzar hacia la descarbonización y energías renovables.

Igualmente urgió a fortalecer los sistemas de educación del País, promover el uso de las tecnologías digitales en la población, pues sólo 64 por ciento está conectada a internet, y fortalecer el apoyo a las pequeñas y medianas empresas (pymes), por ejemplo, al posponer el pago de impuestos.

Gurría refirió que, de acuerdo con las perspectivas de la OCDE, el PIB del mundo sufrirá una reducción de 4.2 por ciento en 2020, pero se recuperaría a una tasa de alrededor 4.2 por ciento en 2021. En el caso de México, la contracción del PIB será de 9.2 por ciento este año y recuperación del 3.6 por ciento en 2021.

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