La Gendarmería Nacional, una división policíaca prometida por el presidente Enrique Peña Nieto en campaña electoral, comenzó a operar ayer con el reto brindar seguridad a los ciudadanos bajo un nuevo modelo.
La nueva corporación está formada por 5,000 civiles que nunca antes habían participado en instituciones de seguridad pública pero recibieron formación policial y militar a fin de asegurar el control territorial del Estado en las zonas con mayor debilidad institucional.
Al abanderar a la nueva corporación, Peña Nieto afirmó que la Gendarmería contribuirá a proteger a los mexicanos, sus bienes y sus fuentes de trabajo cuando sean amenazados por la delincuencia.
También desarticulará a grupos criminales que minan la actividad productiva con delitos como el robo, la extorsión y el secuestro.
En el evento, celebrado en el centro de mando de la Policía Federal en Iztapalapa, el comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido García, detalló que el despliegue de los gendarmes se decidirá con base en “criterios criminológicos”, primero, y después socioeconómicos.