A Ocho Columnas: Mérida Metropolitana.

Mérida es una gran ciudad. El área metropolitana más grande e importante de la región sureste de México. El plan “rector” que ordene y de prioridades y sentido a las medidas necesarias para enfrentar lo que está por venir no se respeta. Y en muchos aspectos inacabado.

Mérida debe ser una ciudad, comunidad incluyente. Cada vez es mayor su número de habitantes que demandan servicios de calidad, acordes a lo que deseamos y pagamos en impuestos. Una de las principales características y logros de las administraciones pasadas había sido la transparencia en el manejo de los recursos. Materiales y humanos. Hasta hace pocos años, el alumbrado público de Mérida estuvo certificado con una ISO-9000 que alegan se perdió en la pasada administración; pero sin embargo todavía y en medio de un pleito legal por todo conocido; a poco menos de 12 meses del fin de este gobierno, este todavía no se recupera, cuando fue uno de los ofrecimientos al arranque de la misma.

Luminarias apagadas en diversas calles y avenidas; basura abandonada por desidia por los concesionarios, parques oscuros y sobre todas las cosas, baches por doquier en las calles de la ciudad (y tardanza para repararlos) además de una desmedida obsesión por culpar de todo lo que falla a la gestión municipal pasada. Este recurso, ya pesa por estar agotado. Es fácil seguir culpando de todo al otro que se fue; lo difícil es creerlo; y lo que es peor es el mensaje de inmadurez e irresponsabilidad que se manda a la ciudadanía.

Si a lo anterior le sumamos, las oscuras y recurrentes, intenciones de un grupo de “ciudadanos apartidistas” para tapar el mal llamado “paso deprimido” sobre la Prol. Montejo por ser un “lunar en el entorno urbano de la zona” apoyándose en “expertos” (que por supuesto existen) pero la única opinión a favor de su cierre es la del Colegio de Arquitectos de Yucatán, A.C. que valga decirlo… el problema es esencialmente de ingeniería vial; no arquitectónico. Debe ser un trabajo multidisciplinario donde no se busque imponer la visión de un grupo sobre los demás. Por cierto, no he visto en ningún lado, los dichosos estudios o dictámenes que fundamenten al municipio tomar una decisión de ese calibre. ¡Vaya ocurrencia!

Concluido el tiempo de las reformas, ha arrancado de facto el proceso electoral del próximo año. Mérida ha sido desde 1990 la “joya de la corona” para el PAN yucateco. En un entorno cada vez mas competido, en otra realidad electoral donde las redes sociales mandan, no se deben jamás echar campanas al vuelo. La suerte no está echada. Todavía faltan poco menos de 10 meses para el 7 de junio de 2015. Aunque se empeñe en decir lo contrario, el PAN no la tiene fácil para retener la capital. Se percibe en la opinión pública cierta debilidad de los aspirantes. Hasta el momento son 3, y se ve difícil que surja uno más: Raúl Paz Alonzo, en medio de un escándalo mediático por su asistencia a la “dipufiesta”; Mauricio Vila Dosal, preparado pero muy joven y sin convencer al grueso de la militancia. Salvador Vitelli Macías. Joven, de empuje, preparado pero muy lejos del primer lugar. Sin embargo, ahí la lleva. En el PRI; Víctor Caballero Durán, actual secretario general de gobierno, el diputado federal Mauricio Sahuí Rivero y el diputado local Francisco Torres Rivas.

El voto duro del blanquiazul en Mérida, es importante; pero tiende a permanecer más o menos estable. El tricolor, tiene un voto duro, muy importante también. Entonces, los “switchers” son y serán el objetivo en 2015. Y el voto “switch” puede estar a favor del PRI. La elección del candidato será clave. El PRI nacional y estatal se ve y siente unido. El PAN a nivel nacional esta desgastado y todavía no termina de rumiar su derrota en 2012. Paquete enorme y difícil. En este momento lo veo endemoniadamente difícil.

El decir, insistir que un aspirante no tiene posibilidades de triunfar porque no “levanta” no es preciso, sobre todo basándose en encuestas de opinión. No olvidemos que una encuesta es la fotografía precisa del momento en que se levanta. Ni más, ni menos. Y falta un buen camino por recorrer. Ahora lo que queda muy claro, es que el próximo presidente municipal de Mérida, tendrá que aplicar a la voz de ya, una política metropolitana en la ciudad. Ya estamos rezagados y no se puede dejar pasar más tiempo. Un plan rector firme que avance de acuerdo a lo que necesitamos. Conservando nuestros mayores valores, pero sin anclajes en supuestas formas de vida y “tradiciones” que son ya parte de los libros de historia. Hasta este momento, la visión ha faltado. No se puede esperar más. La alternancia es la sangre viva de la democracia, y esto, apenas comienza.

Que tenga un magnífico día.

Comentarios a: emollerb@live.com
Twitter: @EMollerB

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