A Ocho Columnas: Finanzas a revisión.

Mucho se ha dicho o intentado decir en días recientes sobre las cuentas públicas de la administración estatal de Yucatán en el período 2007-2012. Desde el sexenio pasado, del entonces presidente Felipe Calderón, la SHCP y la ASF auditaron las cuentas del Gobierno de Yucatán e Ivonne Ortega Pacheco. No solamente no se encontraron mayores diferencias, sino que el gobierno salió muy bien calificado en sus finanzas (avalado por calificadoras internacionales) y ser una de las administraciones más sanas en cuanto a su endeudamiento y capacidad para contraer créditos. El presunto «desvío» en varias dependencias que se pretende advertir no necesariamente es un desfalco como intentan convencer a la opinión pública. Es un re direccionamiento, no necesariamente lo que se aduce originalmente. Todo aquel que conozca, la forma de manejar las finanzas públicas, ya sea medio informativo, esté cerca de las autoridades, o sea una autoridad sabe que los pesos están etiquetados hasta el último centavo, y un mal manejo es sancionado con dureza. Y cada vez es mayor el control. Solo quien esta desinformado o busca hacerlo habla de esta forma.

Vamos; todo ente que maneje dinero no está exento de equivocarse. Los asientos contables tienen y deben de checarse y rechecarse para dejar las cuentas lo más exactas posibles. Una auditoría, difícilmente sale perfecta. Es más, lo normal es que haya errores que se tengan que subsanar con las observaciones hechas por el auditor. El término mayormente usado por los mismos, al concluir una revisión de cuentas de manera satisfactoria es “se encontraron números y cuentas razonablemente correctos”.

Los ramos etiquetados, por ejemplo el 28 y el 33 es prácticamente imposible de usarlos de forma que no sea la explicita en sus reglas de operación. Y esto porque el camino que siguen para su ejercicio es monitoreado constantemente. Es decir, la ASF no solo audita cuentas pasadas, sino ejercicios en turno. Ahora, lo que si es posible es re direccionar, estos fondos de acuerdo con sus mismas reglas hacia otros usos compatibles con el fin determinado; y para esto es necesario el aval de la misma ASF. NINGUNA auditoría, ya sea pública o privada sale limpia a la primera. Hay que revisar, y revisar.

Concluyo; es incongruente afirmas que las actuales administraciones federal y estatal intentan ocultar información sobre el quinquenio pasado. El que la misma ASF ponga a disposición de los mexicanos los datos, echa por la borda cualquier afirmación en contra. En la época de la internet, las redes sociales y el whatsapp es endemoniadamente difícil ocultar algo.

Así es el mundo y México del siglo XXI.

Que tenga un magnífico día.

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