A Ocho Columnas: Vergonzoso abandono.

El derecho a protestar está garantizado en nuestras leyes y constitución. Podemos ejercerlo siempre y cuando no afectemos a terceros, las propiedades de los demás y sobre todo la infraestructura urbana y pública.

En la realidad que se vive, pareciera que el derecho a protestar va de la mano de una patente de corso para destruir todo lo que se encuentre en el camino; cual turba arrolladora que no deja se le escape nada ni nadie.

Por todos, y la sociedad es bien sabido que el día 8 de marzo de cada año se ha convertido en una válvula de escape para elevar, y realizar una protesta genuina por ser este el día internacional de la mujer, usar como megáfono, y se puedan oír las voces de miles, millones de mujeres que aún no encuentran la igualdad y equidad que tanto predican nuestras leyes. Y si, es legítimo. Es una asignatura pendiente que como sociedad y país debemos ya de abocarnos en serio a este temas. Hacer realidad lo que marca nuestra ley, pero a la vez, un ya basta a tanta violencia y muerte hacia las mujeres. Es inconcebible, que México sea uno de los peores y más peligrosos países para ser mujer. Llenos de violencia y prejuicios, comparables a los de naciones con regímenes autoritarios como Afganistán, por mencionar uno en particular.

No abundaré sobre lo que ocurre ese día desde hace ya varios años. Destrozos amparados a la luz de una protesta legítima. No es el propósito de este artículo. Ya habrá tiempo para hacerlo, con la amplitud y respeto que se merece un tema tan complejo y tantas aristas en la sociedad.

Después de cada 8 de marzo, los monumentos principales de las ciudades quedan completamente vandalizados. Garabateados, pintados y ultrajados. En el caso particular de Mérida, tres monumentos con valor histórico y fundamentales en el equipamiento urbano son directamente afectados: el monumento a la Patria, el monumento a Justo Sierra y el monumento a Felipe Carrillo Puerto. Los 3 sobre el Paseo de Montejo.

Cada año la autoridad municipal invierte recursos en su restauración, pero curiosamente no se invierte nada, absolutamente NADA en protegerlos de las hordas que anualmente, los vandalizan. Caray, si se sabe con antelación lo que ocurrirá sería mas que deseable la construcción de una estructura resistente que proteja por completo el monumento. Pero no. Año a año sigue siendo lo mismo. El costo de restaurar es elevado y además implica un desgaste para el material de que está construido el mismo monumento. No es estar en contra de una protesta en sí, pero hacer nada pareciera casi como una invitación a la anarquía. Y me atrevo a afirmar que cualquier protección previa será menos onerosa que cualquier trabajo restaurativo.

Pero no. Y ahí sigue nuestro Ayuntamiento. Y este año es de llamar la atención en particular, porque ya van 2 meses desde la última protesta y nada, ni nadie ha intervenido los 3 antes mencionados monumentos. Es verdad que en esta ocasión, el monumento a la Patria fue el menos afectado, pero solo con ver los otros dos, como habitante de la ciudad se me cae la cara de vergüenza.

Y que conste que estoy consciente, como muchos otros ciudadanos que los recortes presupuestales afectan de manera directa este tipo de trabajos. Por el nivel de personal que se necesita y los conocimientos para hacerlo, porque estamos hablando de monumentos, obras de arte; no simple mortero.

Lo cual nos lleva otra vez al inicio. Si ya se sabe con anterioridad, lo que puede o vaya a pasar es casi de locos no hacer absolutamente nada. Ninguna medida, mas que una pequeña valla metálica que es superada en cuestión de segundos. Amén de la vigilancia policíaca que se limita a cerciorarse que no haya daños mayores a personas y comercios; evitando caer en “provocaciones”.

El presidente municipal, Renán Barrera Concha debe de una vez por todas tomar medidas para que esto no se repita. Y así como habemos quienes le aplaudimos haber sacado el carnaval del Paseo de Montejo, lo mismo le pedimos haga con los hermosos monumentos que adornan el mismo. Pésima imagen en la avenida emblemática de Mérida, y no hacer nada, y no decir ni pío no es lo que habitantes de esta ciudad deseamos. Formas hay, estoy seguro. A echarle cabeza. Que urge.

Es irónico. El mismo alcalde que sacó un evento de Montejo para protegerlo, hoy se muestra incapaz de hacer algo para resguardar parte del mismo.

Ya ven.

Que tenga un magnífico día.

Emilio E. Moller Bernés.

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